En PADISFLA, "Padres y Familia Unidos por la Diversidad Sexual Latina", cada historia que llega a nosotros resuena profundamente, fortaleciendo nuestro compromiso de construir puentes de entendimiento y aceptación. Hoy, compartimos con ustedes el testimonio valiente y transformador de una madre, cuyo relato ilumina el camino hacia la comprensión y el amor incondicional hacia nuestros hijos e hijas LGBTIQ+.
Su experiencia nos recuerda la importancia de mantenernos atentos, con el corazón y la mente abiertos, al desarrollo personal de quienes amamos. A veces, las señales de la diversidad florecen en momentos inesperados, como aquel video en Hi5 que reveló una verdad esencial. Pero más allá de la sorpresa inicial, lo que verdaderamente resplandece es la profunda reflexión y el acto de amor inmenso que le siguió.
Esta madre nos enseña que reconocer y celebrar la orientación sexual de nuestros hijos no es algo que deba generar reclamos o intentos de "remediar". Al contrario, es una invitación a crecer, a despojarnos de nuestras propias miopías y a ofrecer un acompañamiento genuino en su camino. Su valentía al verbalizar con orgullo "Tengo un hijo gay" es un faro para tantas familias que aún luchan contra el temor al "qué dirán".
En PADISFLA, creemos firmemente que el amor familiar debe ser un escudo contra la homofobia y la discriminación que aún persisten en nuestra sociedad. Al salir del "clóset" como padres y madres orgullosos, no solo liberamos a nuestros hijos e hijas, sino que también nos liberamos a nosotros mismos, abrazando una realidad diversa y hermosa.
Su testimonio es un llamado urgente a la acción: valoremos, aceptemos y respetemos la orientación sexual de nuestros seres queridos. Ofrezcámosles un soporte afectivo inquebrantable para que puedan florecer plenamente y alcanzar la felicidad que merecen. Nuestro amor, como padres y familia, nos exige estar a su lado, siempre.
¡Únete a PADISFLA en este camino de amor, respeto y celebración de la diversidad!
Hace ya cuatro años, viendo un video en Hi5 de mi hijo, me enteré que era gay. Él lo decía y yo me preguntaba, dónde estuve que no pude estar cerca, qué diablos hacía yo que no pude darme un tiempo para acompañar sus momentos más personales. Somos Alejandro, su papá, y yo, dos personas que siempre hemos tenido mucha amplitud de criterios, tenemos amigos gay y tenemos una mirada y postura inclusiva y de respeto y valoración de la diversidad de nuestra sociedad, nuestro ser docentes nos lo ha permitido así.
Luego de este primer encuentro con la vida real de mi hijo, no dudé en buscar la oportunidad para promover la conversa, no quería que sonara a reclamo, y menos a cuestionamiento, pues creo que no había nada que reclamar, criticar, buscar o remediar. Sí, creo que a mí me sacudió por lo miope que había sido y por no haber tenido la capacidad de mirar a mi hijo en su desarrollo personal para acompañar su proceso personal, ahí vi cómo a pesar de la forma como se trataban los temas en casa , nuestro hijo no sintió la confianza y seguridad para que lo notáramos.
Siempre he apreciado y admirado la sabiduría, tenacidad y dedicación de mi hijo Esteban por las cosas que le gustan y decide hacer, y hoy después de cuatro años de ese primer encuentro con su sexualidad valiosa y diversa puedo decir que he crecido mucho, como persona, mujer y madre. Me ha hecho ver muchos aspectos importantes de lo que realmente significa vivir la diversidad, pues pasé de tener un discurso amplio, respetuoso, y plural a una postura de vida, de madre que está convencida de que todas las personas merecen respeto, tienen los mismos derechos y no deben ser discriminadas.
Como madre tomé la decisión de decir en voz alta: ”Tengo un hijo gay, estoy orgullosa de él y de su vida”. Me he interesado por los temas de la comunidad LGTBIQ, me gusta mucho ver Ru Paul Drag Race, un concurso para elegir a la mejor drag queen de Estados Unidos. He visto Orange is the new black, serie sobre una cárcel de mujeres con sus vivencias, temores y estilos de vivir la diversidad.
Asistir a las movilizaciones donde se reclama los derechos de las personas gay es para mí una necesidad. Leer testimonios, conocer realmente sus necesidades, temores y anhelos me acerca a mi hijo y me hace mejor persona, he ido pasando de la palabra a los hechos, siempre digo que mi hijo es gay y que estoy orgullosa de todo lo que es, pues creo que para muchos padres les da temor encontrarse con el juicio de otros padres y madres. Decirlo me libera y me hace feliz, pues creo que nosotros los padres y madres también debemos salir del clóset, donde queremos guardar esta realidad.
Quisiera que muchas madres y padres que pasan por estas situaciones dejaran de sentir temor del que dirán, la vida de nuestros hijos es muy valiosa y si nosotros como padres valoramos, aceptamos y respetamos su orientación sexual, la vida se les hará menos dura, pues sabrán que cuentan con el acompañamiento y defensa de su familia. Ya hay una sociedad homofóbica que los agrede y discrimina. La familia no puede ser parte de esa barbarie, tenemos que estar como padres, madres hermanos y familia junto a ellos y ellas nuestros hijos e hijas para que puedan tener un soporte afectivo real que les permita mejores posibilidades de ser felices. Nuestro amor nos lo debe exigir así.